La hipomagnesemia es un problema común cuando falta el forraje, pero hay formas de controlarla.
Por Miguel Mejía, Médico Veterinario.
Salida del invierno, dicen los mayores. Es la época en la que generalmente hay menos pasto, muchos animales están con algún grado de restricción, el clima todavía es frío y en la mayoría de las zonas aún no llovió. Es el momento del año en el que en muchos campos se debe muñequear el manejo y la comida para llegar hasta las lluvias.
Afortunadamente, cada vez se ve más el uso de suplementación -incluso en vacas vientres-, ya sea con proteína, con subproductos locales (la semilla de algodón es un suplemento casi ideal para la vaca), o con silos de autoconsumo. Estas tecnologías de manejo permiten manejar mejor el rodeo, tener más carga y hacer un uso más eficiente del forraje, especialmente el de invierno (que suele ser seco y limitado en proteína).
Esta situación forrajera, sumada al hecho de estar las vacas en época de parición y/o lactancia, genera una situación de muy alto riesgo para una de las enfermedades más controversiales del ganado: la hipomagnesemia. Probablemente, sea una de las enfermedades más subdiagnosticadas y suele confundirse con muchas otras. Esto es debido a que como la gran mayoría de las enfermedades metabólicas no produce una lesión patognomónica o que defina en forma absoluta y visual su presencia.
Muchos casos llamados enterotoxemia o muerte súbita son, en realidad, hipomagnesemia y el diagnóstico diferencial se hace basado en la evaluación de la historia del rodeo y de la alimentación y en necropsias con muestras que confirman la enfermedad.
Esta enfermedad, sumamente común, se ve en una gran variedad de zonas, mayoritariamente en los rodeos de cría, aunque también se encuentran casos en tropas de invernada -especialmente cuando comen verdeos de invierno como la avena-.
Los factores predisponentes más importantes son la comida y el manejo. Las gramíneas, cuando rebrotan, son deficientes en magnesio y ésta es la principal causa. Por eso se ve mucho en los rebrotes de agropiro en Pampa Húmeda y en los rebrotes de flechilla y pastos naturales en los campos de monte. Los movimientos de hacienda suelen agravar la situación y por eso es común ver casos en tropas que se llevan a los corrales para ser trabajadas.
Es típico en los campos de monte muy extensos, en los que las vacas se ven muertas cerca de la aguada. Lo que pasa es que, en realidad, consumen el magnesio disponible al caminar una distancia larga para llegar hasta la bebida. Por eso mismo es que no se recomienda mover a los animales para suplementarles magnesio en medio de un brote de la enfermedad, ya que esto va a provocar un agravamiento del cuadro. Lo ideal es darles el mineral por boca y después moverlas.
Es sabido que las vacas gordas tienen cuadros más graves de la enfermedad (este mineral interviene en el metabolismo de la grasa). Y siempre se cita como predisponente a los días tormentosos, con viento norte, con baja presión, etc. Lo que pasa en realidad es que la vaca disminuye su consumo y por eso ingiere menos magnesio. Es en ese momento cuando aparecen los cuadros.
El parto y la lactancia consumen magnesio y muchas veces los cuadros aparecen asociados a estos eventos. Es muy común tener partos largos o lánguidos por falta de magnesio y eso lleva a la muerte de terneros por asfixia durante el parto.
Para el tratamiento debe pensarse en que el magnesio es un mineral que no tiene una reserva de fácil acceso en el organismo, o sea que el bovino depende del consumo diario del mismo para mantener los niveles en sangre que le permitan evitar los síntomas. Esto quiere decir que la suplementación es la mejor manera de prevenir la enfermedad, con muchos problemas para lograr consumos adecuados en zonas donde el agua es salubre. La misma se puede hacer con sales en batea, mezcladas con el alimento, en bloques de autoconsumo. En algunos lugares existen dispositivos para incorporarlo a los rollos al momento de confeccionarlos. En Nueva Zelanda, por ejemplo, se espolvorean las pasturas con productos magnesiados.
El consumo de silo, rollos y suplementos que contienen más magnesio que los rebrotes de las pasturas, ayuda mucho.
Fuente: Clarín, Suplemento Rural, 13 de agosto.
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