Consultado sobre los recursos que el chacarero tiene para subsistir en épocas de seca, el profesional sugirió replantear los sistemas de producción. «Vamos por el quinto año de sequía, y tenemos que usar recursos poco comunes. Los rollos se encarecen y, al no prosperar verdeos de invierno, nos quedan los suplementos proteicos como cebada o pellet de girasol, que se consiguen a valores razonables», comentó.
Flor amarilla
Desde hace un año, el Ingeniero experimenta con pasto puna y paja vizcachera, dos especies muy comunes en la zona.
«Investigamos su poder nutricional y ahora estudiamos a la flor amarilla. En el campo de Magadán, cerca de Bordenave, engordamos a corral vaquillonas de 260 kilos. Los fardos de flor amarilla eran el 50% de la dieta, alternado con 2 kilos de maíz y 1 de pellet de girasol. Tuvimos ganancias cercanas a 1 kilo por día; el costó de producir eso fue de $ 2,10, el precio más barato para un engorde a corral.
Inclusive, los animales se desesperan por consumir ese tipo de fardo», detalló.
Y contó que en Villa Iris, también en engorde a corral, le dan a los animales un kilo de flor amarilla, mezclado con maíz y pellet de girasol. «Tenemos ganancias de un kilo y medio por día», aseguró.
Costos
Fernández Mayer apunta al costo de este recurso y lo define como «muy accesible». Al ser una maleza natural, abundante en la región, el gasto estaría en confeccionar el fardo.
«Serían unos $ 60 final por unidad, incluyendo el traslado. Es una opción muy conveniente, teniendo en cuenta que el rollo más barato y de baja calidad no baja de $ 120.
Ahora no hay fardos disponibles, pero en la próxima campaña, el productor podrá tenerlos. Además, la flor amarilla duplica o triplica la calidad de los rollos de cola de trigo o cola de maíz», reveló. El tambero de Carhué Oscar Rodríguez también probó, pero con flor amarilla seca, de inferior calidad que la fresca.
A pesar de eso –dice Mayer–, los terneros de tambo la consumieron muy bien. «Rodríguez obtuvo unos 25 fardos por hectárea, aseguró el Ingeniero.
En la hoja
Según el estudio, la máxima calidad nutricional de la flor amarilla está en la hoja. El animal no la come cuando está verde porque le produce rechazo el olor y sabor amargo.
«Se aconseja cortarla fresca, luego se deja orear y quedará como cualquier otro fardo, ya sin el mal olor. Hay que ser cuidadoso al armar el fardo porque si se pierde la hoja, perdemos la calidad. No se aconseja hacer rollos porque la materia seca se golpea mucho cuando gira en la máquina. Este año no tuvimos cantidad de fardos porque empezamos a hacer las pruebas en marzo», dijo.
Recomendaciones
El Ingeniero del INTA recomendó a los productores que en agosto o septiembre pasen una rastra en algunos lotes, donde haya mucha semilla de flor amarilla. En Villa Iris sacamos 40 fardos por hectárea de un bajo que se había movido para hacer sorgo forrajero y no se lo pudo sembrar.
Esta maleza brota en septiembre. Si tomaríamos de producción hasta el mes de marzo, cada 45 días podemos hacer cortes, llegando a los cinco o seis por temporada.
Así lograríamos entre 3 mil y 4 mil kilos de fardos.
Cómo seguir
Por estos días la sequía exige respuestas rápidas en los productores. «Hoy aconsejo comprar el rollo más barato, cualquiera, no encarezcan costos. Si tienen algún lote de paja natural cuídenlo como oro porque sirve, estamos haciendo un estudio y anda muy bien.
Complementen el rollo o paja con cualquier suplemento proteico como pellet de girasol. Pónganse en contacto con cualquier profesional del INTA o asesor para ajustar detalles», recomendó finalmente.
En Italia la comen en ensalada
La flor amarilla es originaria de Europa y llegó a nuestro país desde Italia. También se la encuentra en Estados Unidos, México y gran parte del oeste de América Latina. Está emparentada con la rúcula, una especie comestible.
La única información disponible es para combatirla o usarla en apicultura. Datos sobre cómo transformarla en leche o en carne, no existen en ningún lado. «En Italia la flor amarilla la gente la consume en ensalada. Eso significa que si es comestible para el humano, su calidad es altísima», explicó Fernández Mayer.
Fernando Sánchez
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