En Argentina, las 2 millones de vacas Holando que paren unos 900.000 machos por año. Esta categoría cobró importancia productiva a partir de que se conoció que podía transformarse en un ternero de rápido engorde durante la etapa de invernada y de buena aptitud para producir carne de calidad.
Según Sebastián Vittone, técnico de la regional Concepción del Uruguay de INTA, en Entre Ríos, destacó que la Argentina transita por un nuevo contexto ganadero, enmarcado en la mejora de los precios de la carne. Por ello, mejorar la eficiencia productiva con altas ganancias de peso y estrechos índices de conversión de alimento a peso vivo, hacen atractiva la posibilidad de criar y terminar terneros de tambo, lo que antes se traducía en pérdidas para el productor.
Vittone estimó el dato de los terneros Holando que puede producir Entre Ríos.
Si se consideran los 157.000 terneros que habría, con un peso de faena de 280 kilos por animal, podrían obtenerse 22.000 toneladas de carne por año, dice. Y ampliando la estimación a escala nacional subrayó que serían unas 126.000 toneladas.
Por otra parte, un trabajo de INTA Manfredi, en Córdoba, desagregó los aspectos productivos importantes que hacen al manejo del macho.
Marcelo De León, especialista del departamento de forrajes y pasturas de Manfredi, sostuvo que es posible lograr la terminación del animal en un período de un año, con 18 meses de edad, y precisó una posible alternativa para lograrlo: Con módulos de producción basados en pasturas de alfalfa, complementada con silaje de maíz o sorgo, y suplementación estratégica con grano molido.
De León profundizó aún más sobre los temas de la alimentación y la carga y dijo: Es estratégico un planteo basado en un 80% de pastura de alfalfa, un 20% de maíz para silaje de planta entera y una carga animal de tres novillos por hectárea, y consecuentemente con mantener altas cargas y buenas ganancias de peso, podemos obtener 1.000 kilogramos de carne por hectárea, subrayó De León.
La rapidez del engorde con altas cargas se logra gracias a la suba tasa de ganancia de peso por día (900 gramos) de la categoría y ello repercute sobre la calidad de carne que ofrece la raza luego de la faena.
La buena deposición de los tejidos corporales logran un veteado de la carne que mejora su terneza, jugosidad y sabor, lo cual contribuye de forma positiva en la valorización sensorial al consumidor, aportó el especialista. En este sentido, y a modo de conclusión, añadió: La velocidad de engorde, rendimiento en carne, nivel de engrasamiento y conformación de la media res, demuestran que el novillo Holando tiene una excelente aptitud carnicera.
Para referirse a la calidad de los cortes tomó la palabra Andrea Biolatto, especialista en nutrición animal de INTA de Concepción del Uruguay.
Biolatto manifestó que el bajo contenido de grasas que presentan los cortes hace que la carne del ternero Holando se convierta en un producto con atributos de calidad diferencial. Es magra, algo más pálida que los cortes de las razas británicas, tiene poca cobertura de grasa y el gusto es similar al de la carne de ternera.
Fuente: Clarín, Suplemento Rural, 25 de junio.
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