Es así, que desde los más tradicionales hasta los más recientes, no existe «uno solo» para explicar «todo» y la comparación entre establecimientos, operarios y estrategias de manejo reproductivo se vuelve dificultosa.
Esto se debe a que hay otros factores que afectan a la reproducción que no se incluyen en las fórmulas. La parte buena de esta historia es que nos invita a pensar y buscar las mejores maneras de llegar al diagnóstico y a la implementación de medidas de corrección cuando son necesarias.
Desde el Proyecto Lechero del Centro Regional Santa Fe del INTA, promovemos esta discusión y acercamos algunos conceptos para incluir en ella.
En tambos de pariciones continuas han perdurado los:
Intervalos: entre Partos (IPP), Parto Concepción (IPC), Parto Primer Celo (IP1erC), Parto Primer Servicio (IP1erS)…..
Porcentajes: de Detección de Celos (%DC), de Preñez a Primer Servicio (%P1erS), Tasa de Concepción (TC)…..
Índices: de Gestación (IG), de Inseminación (II)…..
Algunos de estos indicadores ya han sido reemplazados y otros se utilizan para explicar desempeños individuales.
Quienes trabajaron, y lo hacen aún, en tambos de pariciones estacionadas, no se olvidarán de los indicadores neocelandeses (creadores de estos sistemas) como:
Días Promedio: de parto y de concepción (en inglés mean calving date y mean conception date respectivamente).
Intervalos: Inicio de los servicios – días promedio de concepción…
Porcentajes: de inseminadas en los primeros 21 días del inicio de los servicios (en inglés submission rate), de inducción al parto…
A partir de allí, los esfuerzos se concentraron para encontrar formas más simples de evaluar, capaces de combinar los períodos de tiempo incluyendo a la proporción de vacas involucradas. Así surgen los propuestos por el InCalf australiano para tambos de pariciones continuas y estacionadas:
Indicadores para sistemas de parición continua
% P 1erS: Porcentaje de Preñez a Primer Servicio
% IA 80 d: Porcentaje de vacas Inseminadas antes de los 80 días posparto
% P 100 d: Porcentaje de vacas Preñadas antes de los 100 días posparto
% V 200 d: Porcentaje de vacas Vacías después de los 200 días posparto
Indicadores para tambos de pariciones estacionadas
% P 1 S: Porcentaje de Preñez a Primer Servicio
% IA 3 Sem: Porcentaje de vacas Inseminadas en las primeras tres semanas del inicio de los servicios
% P 6 Sem: Porcentaje de vacas Preñadas en las primeras seis semanas desde el inicio de los servicios
% P 21 Sem: Porcentaje de vacas Preñadas a las 21 semanas desde el inicio de los servicios
Tanto en los utilizados para continuos como para estacionados, existe una estrecha vinculación al ciclo reproductivo, lo que los hace fáciles de entender y explicar.
Otra forma de evaluar, quizás la más utilizada actualmente, es a través de la Tasa de Preñez (TP) que combina la Tasa de Inseminación (TIA) y la Tasa de Concepción (TC) en períodos de 21 días e involucra a todas las vacas que pasaron el período de espera voluntario (PEV) para ser inseminadas después del parto:
* TIA: porcentaje de vacas inseminadas del total a inseminar (algunos softwares lo calculan sobre las inseminaciones dadas en un período de tiempo)
* TC: porcentaje de vacas preñadas sobre las inseminadas (algunos softwares lo calculan sobre las preñadas de las inseminaciones dadas en un período de tiempo).
* TP: total de vacas preñadas sobre el total de las que pasaron el PEV en períodos de 21 d o el resultado de TIA x TC.
Los PEV pueden ser establecidos arbitrariamente aunque, si se quieren obtener preñeces lo antes posible después del parto, lo conveniente y más cercano a lo fisiológico es hacerlo entre los 40 y 50 días posparto.
Un ejemplo simple del uso de estos indicadores en un rodeo, estimando 40 días de PEV, sería:
* 100 vacas que pasaron los 40 días de PEV.
* 45 se inseminan en 21 días (TIA: 45%)
* 15 se preñan de las 45 inseminadas (TC: 33%)
* 15 se preñan de las 100 que pasaron los 40 días de PEV (TP: 15%)
En el ciclo de 21 días siguiente, pasan las 85 que quedaron vacías y se le suman las nuevas que superen los 40 días de PEV y así sucesivamente.
Aquí uno se pregunta:
¿Qué mide la tasa de preñez?
Por definición: «….la velocidad con la que se van preñando las vacas, expresada en porcentaje de vacas preñadas sobre el total a preñar (post PEV) en un período de 21 días…» pero…..¿eso solamente?
Si vemos el gráfico siguiente podemos observar cuáles son los factores que influyen sobre los resultados expresados a través de la TP.
Si volvemos al ejemplo de las 100 vacas con PEV de más de 40 días y decimos que:
* 20 de las mismas están con bajo estado corporal y en «anestro nutricional».
* 5 están con acidosis.
* 13 tienen afecciones podales importantes.
* 12 están en tratamiento por endometritis.
cada uno de estos factores altera negativamente la ciclicidad de las vacas provocando ausencia de celos y/o fallas en la concepción. En este caso, la responsabilidad de quienes están a cargo de la detección de celos e inseminación con el propósito de obtener altas TC, se remite a «otro» número de animales aptos (50). El ejemplo entonces, quedaría así:
* 50 vacas aptas de las 100 que pasaron los 40 día de PEV.
* 45 se inseminan en 21 días (TIA: 90%)
* 15 se preñan de las 45 inseminadas (TC: 33%)
* 15 se preñan de las 50 aptas (TP: 30%)
En este caso, la lectura de lo que realiza el encargado de los celos e I.A es que tiene un alto porcentaje de observación (intensidad) y que se deberían evaluar los motivos de una TC «subóptima» aunque la TP que logra en vacas «realmente aptas», es excelente.
Si bien esta medición no es la correcta, es la que le compete a quienes están a cargo de las actividades reproductivas. Sin embargo, cuando se realizan las evaluaciones, se incluyen todas las vacas sin contemplar los factores nutricionales y/o sanitarios que pueden estar afectando su desempeño. Se llega entonces a la siguiente conclusión:
ESTAMOS MIDIENDO EL «SISTEMA TAMBO» CON UN INDICADOR REPRODUCTIVO
Qué se sugiere
Sería interesante que los productores y técnicos contaran con un indicador que exprese el peso de todos los componentes mencionados para poder establecer las causas de tasas de preñez no deseables y obrar en consecuencia.
Imaginemos que le corresponde un tercio a cada uno y que el valor de cada uno va a estar dado por lo que involucran, por ejemplo:
Componente Reproductivo
* Detección de celos
* Maniobras de inseminación
* Tasa de concepción
Componente Nutricional
* Condición corporal (CC) parto – lactancia temprana
* Incidencia de metabólicas (parto y servicio) – acidosis – laminitis
* Oferta de alimentos: estado y calidad de pasturas, silaje y concentrados
* Peso y CC vaquillonas al parto
Componente sanitario
* Incidencia de mastitis
* Problemas podales
* Endometritis
* Pérdidas embrionarias
En este caso, cada problemática tiene un efecto importante en el desempeño del sistema que se expresa generalmente a través de la eficiencia reproductiva. Si cada una tuviese un valor ponderado dentro de un indicador, debería exponer con mayor exactitud el o los motivos que alteran el resultado.
El reproductivo tiene registros, trabajo de manga y evaluación numérica y los otros también tienen formas de cuantificarse pero evidentemente no se utilizan y da la sensación de que lo único que se mide es lo que resalta. Por eso, cuando las TP son buenas no hay grandes discusiones pero cuando son malas a lo que se «apunta» primero es al desempeño de quienes detectan celos e inseminan. Por supuesto que también se analizan otras causas pero sin los números necesarios para determinar el peso de las variables o para predecir resultados si se modifican.
La TP es el indicador que más se utiliza y con él se han unificado criterios de evaluación pero, de acuerdo a lo expuesto, no podría utilizarse para comparar desempeños reproductivos porque se puede sobre o subevaluar las acciones dedicadas a «preñar vacas».
Desde el Proyecto Lechero de INTA Rafaela se hace extensiva la inquietud para que nutricionistas, agrónomos y veterinarios desarrollen juntos la fórmula para que la TP nos muestre qué es lo que está desviando el objetivo reproductivo que persiguen las empresas tamberas.
Med. Vet. Martín Maciel y Daniel Scándolo
INTA Rafaela en el marco del Proyecto Lechero del INTA Centro Regional Santa Fe.
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