Los rumiantes requieren de grandes cantidades de agua para su óptimo desarrollo. Si bien sus requerimientos varían de acuerdo con la actividad, la lactancia, la tasa de aumento de peso, el estado de preñez, la dieta y la temperatura del ambiente, entre otros, generalmente deben consumir entre el 8% y el 10% de su peso en agua cuando son adultos.
Esto indica que un bovino para carne debe consumir entre 20 y 50 litros de agua por día, cantidad que se eleva mucho más para una vaca lechera, ya que la exigencia es mucho mayor.
Si los animales no disponen del líquido suficiente pueden presentar deshidratación, una enfermedad que puede llegar a ser mortal, especialmente en los animales jóvenes o agotados y puede ocasionar problemas secundarios de salud, como acidosis e insuficiencia renal en stock. Cuando esto ocurre, hay criterios de evaluación que permiten diferenciar los grados de deshidratación en los bovinos, desde ligera hasta fatal.
En el primer nivel, correspondiente a una deshidratación del 5%, se observan síntomas como mucosas calientes, diarrea, oliguria (disminución de la producción de orina) y el nivel de hematocritos se ubica entre el 37% y el 42%. Debe tratarse con una rehidratación oral de 20 a 25 ml por cada kilo del animal.
Se considera moderada una deshidratación entre el 6% y el 8%. En este punto, pueden verse los ojos hundidos, una oliguria marcada, un pliegue persistente de la piel entre 2 y 4 segundos, depresión y el nivel de hematocritos aumenta a niveles entre el 42% y el 50%. Para recuperar el animal, se utiliza una rehidratación oral de 30 a 50 ml/kg.
Entre el 8% y el 10%, la deshidratación pasa a ser severa. Los ojos se observan aún más hundidos, las mucosas son secas y pegajosas, el pliegue cutáneo persiste por 6 a 10 segundos, hay depresión, anorexia y anuria (mucha menor excreción de orina). El caso requiere rehidratación por vía intravenosa y oral de 50 a 80 ml/kg.
Si alcanza a estar entre el 10% o 12%, se denomina muy severa. Los ojos están enfosados y la córnea seca, las mucosas son secas, el pliegue de la piel persiste hasta por 45 segundos, la anuria es mucho mayor y los animales ya no se levantan. La recomendación es la rehidratación por vía intravenosa y subcutánea.
Si supera el 12%, se trata ya de una deshidratación fatal que conlleva al coma y finalmente a la muerte.
En todos los casos se recomienda el suministro de diferentes compuestos líquidos, dependiendo de las condiciones del animal y sus necesidades, evaluadas por un médico veterinario. En general, los rumiantes pierden grandes cantidades de potasio y sodio, por lo que debe suplirse la ausencia de estos elementos.
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Fuente: https://www.agromundo.co/blog/deshidratacion-bovinos-grados-tratamientos/
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