El fundamento consiste en lograr planteos productivos más sustentables al diversificar las actividades, con la incorporación de la actividad ganadera y pasturas base alfalfa dentro de las rotaciones agrícolas del suelo, como actividad ganadera una alternativa tecnológica es la cría bovina intensiva. Para su implementación debe intensificarse el manejo de los rodeos (salud animal, nutrición, genética, etc.).
La alimentación es básicamente pastoril sobre pasturas consociadas base alfalfa, y el manejo del pastoreo (asignación forrajera y descansos de la pastura) es decisivo, porque determina la cantidad de forraje necesario para poner en producción muchas cabezas por hectárea (5 vacas/ha) durante la vida útil de la pastura. Esta carga se mantiene fundamentalmente durante la etapa de lactancia-servicio (primavera-verano), y, durante el período de vaca seca (otoño-invierno) la vaca pastorea los rastrojos.
Para poder soportar altas cargas en este sistema, las pasturas deben ser implantadas en suelos fértiles lo que hace posible una abundante acumulación de forraje.
Si se consideran las dos actividades (agrícola y la ganadera) ambas se ven más beneficiadas con estas alfalfas consociadas con gramíneas templadas, debido a que proporcionan un forraje más equilibrado en su composición química para las vacas, reduciendo los riesgos de empaste y equilibra más la producción forrajera en años de sequía o de excesiva humedad.
Por otro lado, con la rotación de los lotes, el ciclo pastoril aporta materia orgánica y fertilidad química al suelo para el siguiente período agrícola. La gran complementación que se logra en este sistema, es que durante el momento que las vacas están secas con menores requerimientos nutritivos, están disponibles los rastrojos de cosecha que son un excelente recurso para esta categoría.
El sistema CBI propone de esta manera la alternativa de realizar cría bovina en suelos agrícolas, complementando ambas actividades. Del mismo modo que la aplicación de nuevas tecnologías permiten maximizar en estos suelos la producción de cultivos de cosecha, esta propuesta técnica tiene como propósito permitir expresar el potencial productivo de rodeos de cría en campos de la zona núcleo, incorporando así tecnologías probadas en óptimas condiciones de producción, se maximiza la producción de terneros por hectárea, y a bajo costo.
Con este manejo no solo mejoran las condiciones físicas del suelo, sino que con el pastoreo de rastrojos ejerce un control de plagas (bichos bolita, gusanos, caracoles y babosas) y patógenos (hongos). Lográndose como objetivo central una producción mixta sustentable económicamente y sostenible en el tiempo, además de reducir riesgos.
Los campos tradicionalmente llamados ganaderos, cañadas, bajos o con alguna limitante a la producción de granos, deben continuar con ganadería de cría, al ser la alternativa de producción más viable y sustentable para esas situaciones.
No obstante, en la actualidad el Grupo Técnico CBI del INTA VT está conformando Grupos de productores de zonas menos agrícolas, con el objetivo de intensificar su actual manejo para desarrollar la cría bovina intensiva, de acuerdo al potencial de cada suelo. De la misma forma que hoy se siembra soja en campos ganaderos, con interesantes rindes, también la ganadería debe acompañar estos cambios, con la incorporación de nuevas tecnologías.
La propuesta técnica es que, dentro de las opciones ganaderas que hagan un buen uso de estas pasturas perennes, sea considerada la cría pero con un manejo más intensivo (aún sin disponer de campos bajos o cañadas). De esta forma se le da la oportunidad a la vaca de cría en los mejores campos de obtener muy buenos resultados productivos y económicos.
Como se incluye a todo el sistema, se considera que las deyecciones de los animales y las raíces de las pasturas mejoran las condiciones físicas y químicas del suelo para próximos ciclos agrícolas. A su vez los cultivos de cosecha aportan gratuitamente los residuos o rastrojos a las vacas, las cuales aprovechan eficazmente este recurso aportando a esta superficie la producción de carne, que de otra forma al estar en «barbecho químico», no solo está improductiva, sino que requiere herbicidas -cada vez menos eficientes- para el control de malezas.
El planteo básico es que durante el período de lactancia y servicio cuando la vaca tiene los mayores requerimientos nutritivos dispone de pasturas de gran productividad (15 a 20 toneladas de materia seca/ha/año) y óptima calidad forrajera, cubriendo dichas necesidades aún con una carga animal de 5 vacas/ha. Al finalizar su lactancia, durante el período de vaca seca, bajan en forma importante las necesidades nutricionales, pastoreando en forma racional los rastrojos de maíz y soja.
Para lograr un manejo adecuado de cría con altas cargas por hectárea, como ya se dijo es muy importante un adecuado manejo del pastoreo, asegurando el forraje necesario para las necesidades de vacas en plena lactancia, que además tienen otra necesidad adicional de energía para poder iniciar su actividad reproductiva durante el período de servicio, no mayor a 90 días. Debe tenerse presente que la rentabilidad en cría está fuertemente explicada por la fertilidad del rodeo, lo que conduce a la cantidad de terneros lograda.
La genética de los vientres es decisiva para contar con la necesaria precocidad sexual y buenos procreos, del mismo modo que el buen manejo de la salud animal que permite lidiar con las enfermedades reproductivas y otras. La buena nutrición de las vacas de cría es el otro factor determinante que complementa las dos anteriores, garantizando una cría eficiente y rentable.
También es importante el tiempo de descanso que necesita la pastura para su recuperación. Para poder lograr lo mencionado más arriba es de mucha importancia el conocimiento y la aplicación práctica del buen uso y manejo de alambres o hilos electrificados.
El correcto uso de esta tecnología permite no solo la asignación de forraje necesario a las vacas, como también el descanso necesario de la pastura (pastoreo rotativo racional), pudiendo modificar el tamaño de las parcelas según la oferta forrajera para cada momento y situación de la pastura durante el año, y ciclo productivo del rodeo.
Este sistema de producción agrícola ganadero, para tener éxito en sus resultados debe producir más, y como ocurre en otras actividades es preciso innovar, bajar costos y hacer un mejor uso de los recursos disponibles, fundamentalmente mediante un mejor manejo de tecnologías de procesos. En definitiva, mantener y si es posible mejorar la rentabilidad del sistema.
Por lo tanto, el objetivo central del trabajo es impulsar la actividad de cría bovina, mejorando su productividad y competitividad, a través de la intensificación de su manejo tratando de obtener mayores producciones por hectárea que eleven la rentabilidad, sustentabilidad y sostenibilidad del sistema agrícola-ganadero en su conjunto.
Dentro de los objetivos generales para la intensificación de la actividad de cría se plantean:
Incrementar la eficiencia (eficacia económica y biológica) de la cría vacuna por aumentos de carga animal, aumentos de los procreos, elevando el índice de destete por vaca y por hectárea.
Mejorar el nivel de conocimiento de los ganaderos, mediante la capacitación y transferencia de tecnologías.
Generar y Desarrollar nuevas tecnologías en el proceso de cría, con la participación de Estaciones Experimentales de INTA y Universidades (Facultades de Ciencias Veterinarias y de Ciencias Agrarias).
Mejorar el nivel de ingresos de la población rural y de todos los sectores relacionados con la actividad.
Fortalecer el Desarrollo Territorial, mediante arraigo y la permanencia de la población rural en el campo.
Mejorar el nivel de vida de los productores ganaderos.
Méd. Vet. Martín Correa Luna
INTA UEEA Venado Tuerto.
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