Vaca cómoda = mejor carne
Los ganaderos neuquinos podrán conocer las nuevas tendencias en el manejo de bovinos mediante infraestructura que apunta a mejorar el bienestar animal.
Los corrales móviles permiten acercar la estructura al animal y no al revés, y de esa forma se minimiza el estrés antes de la industrialización.
Mejorar la calidad de vida de los bovinos tiene su beneficio en el producto final: la carne. El concepto lo desarrolló Natalia Aguilar, una profesional que trabaja para una empresa dedicada a la fabricación de infraestructura del sector.
Aguilar explicó que la firma que representa está imponiendo una nueva tendencia en instalaciones ganaderas que apunan a la mejora en la calidad de vida del animal. «Siempre y cuando -dijo- el interés del ganadero sea apuntar a un producto final óptimo que es la carne».
Indicó que, en general, el común de la gente asocia el bienestar animal con tratarlo con cariño y darle la posibilidad de sentirse bien, pero «en realidad, no es sólo eso, sino que implica muchas otras cosas de la vida del animal para mejorar su calidad de vida».
La empresa dedicada a la fabricación de infraestructura ganadera tiene trayectoria en el diseño y originalmente hacía los corrales de madera, pero hoy la tendencia mundial es utilizar el metal: es más durable y tiene movilidad. Indicó que se intenta minimizar la utilización de madera para evitar la tala de árboles. «Se empezó a imponer la utilización de un producto a base de metal y la idea es buscar un producto que tenga durabilidad y movilidad».
Se intenta, que el productor tenga una herramienta que no sea fija, sino que la pueda trasladar donde está el animal y no obligar al animal a ir donde esté la planta o el corral. «Si el animal está lejos de los corrales, el traslado implica un desgaste del animal y un aumento del estrés», razonó.
Costos
Al ser consultada sobre el tema de los precios comparando el producto que se pretende imponer y las instalaciones tradicionales, Natalia Aguilar, dijo que «no hay mucha diferencia». Reveló que como los ganaderos están más acostumbrados al producto tradicional se pregunta sobre la manutención del nuevo producto y los precios que tiene esta situación.
Como ventajas explicó que «el animal se habitúa por un proceso de aprendizaje a los corrales de metal, el animal se acostumbra a los ruidos, inclusive se acostumbra a los ruidos metálicos que después los sufre en las ferias remate y en el mismo frigorífico». Este acostumbramiento reduce el nivel de estrés con la consiguiente optimización de la carne.
La profesional amplió el concepto al indicar que «toda interacción del humano con el animal implica un estrés» y aclaró que «el bovino, cuando nos ve a nosotros, nos ve como un predador», por lo que «la idea es minimizar el impacto, es decir que el estrés sea mínimo».
Reflexionó que es difícil anular completamente estrés del animal pero se puede minimizarlo en los distintos manejos que se hacen con los bovinos.
Tras recorrer los países latinos, la profesional concluyó que Argentina dentro de América Latina es uno de los países que más lento avanza sobre este tema. «Estuve viviendo en Brasil y comprobé que están avanzando, al igual que Chile y Uruguay», reveló.
INTA Neuquén
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