En la actualidad, el valor de la hacienda justifica la implementación de un buen plan sanitario. Por tal motivo debemos procurar que cada animal desarrolle sin inconvenientes la máxima producción potencial de carne. El buen manejo sanitario es una de las herramientas para lograr ese resultado. En la invernada de novillos debe prestarse especial atención a los siguientes procesos.
Los animales deben tener sus necesidades básicas satisfechas. De lo contrario, la efectividad de cualquier plan de sanidad se verá restringida. En ese sentido, un aspecto clave es que la hacienda en corrales disponga de agua en cantidad, calidad y velocidad de reposición suficiente.
Los terneros de compra suelen atravesar situaciones estresantes (fletes largos, remates, zonas afectadas por problemas climáticos, etcétera). En esos casos, es aconsejable colocar a los recién llegados en un potrero separado y dejar que descansen durante unos 10 a 12 días para estabilizarlos. Sólo después de esto es recomendable iniciar los tratamientos sanitarios.
Es vital emplear vacunas de laboratorios reconocidos y consultar a los profesionales de dichas empresas sobre su composición. Ahorrar en el costo de estos productos no es una buena idea.
Para asegurar la efectividad de un tratamiento antiparasitario es necesario tomar previamente muestras de materia fecal con el propósito de realizar un análisis de huevos por gramo (HPG). Esta determinación debe hacerse de manera individual a partir de una muestra representativa de terneros. Considero sumamente importante prevenir la acidosis en los corrales de engorde con grano. En estos casos, además de disponer de un diseño adecuado de la ración, es fundamental contar con personal bien entrenado para efectuar su distribución de manera uniforme en el horario preestablecido.
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 30 de julio.
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