Una nueva polémica desencadenó la decisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de incorporar a veterinarios privados al Plan Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa.
En el organismo sanitario sostienen que los cambios instrumentados le dan la posibilidad al productor de elegir a su vacunador, sin afectar la plena vigencia de los entes o fundaciones.
Por el lado de producción, la medida provocó reacciones encontradas. En las entidades que forman la Comisión de Enlace, hubo rechazo, mientras que en otros sectores ganaderos, se la vio con buenos ojos.
El tema no es menor ya que es muy sensible a la ganadería argentina, que sufrió graves pérdidas económicas por los ataques de esta enfermedad. Actualmente, el estatus de la Argentina es el de «país libre de aftosa sin vacunación» desde el río Colorado hacia el Sur, con excepción de la localidad de Confluencia, en Neuquén, en donde rige la vacunación. Del río Colorado hacia el Norte el estatus es «país libre de aftosa con vacunación».
Concretamente, el Senasa firmó este mes la resolución 368/2011 (ver recuadro) que delega en las fundaciones la comercialización y aplicación de una vacuna a bajo costo para todos, que garantiza la cobertura total y la accesibilidad de productores chicos, medianos y grandes en igualdad de condiciones y entrará en vigencia cuando se publique en el Boletín Oficial.
Las entidades que conforman la Comisión de Enlace no tardaron en rechazar la iniciativa. El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Luis Biolcati, criticó el intento de modificar un sistema que «demostró ser eficiente para erradicar la fiebre aftosa».
Recordó que hace dos semanas la Comisión de Enlace se reunió en la Bolsa de Cereales con representantes de las fundaciones y «hubo una declaración unánime» de rechazo.
Agregó que ya enviaron una nota al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con copia al presidente del Senasa, Jorge Amaya, en la que advirtieron que «se pone en riesgo la sanidad de nuestros rodeos».
En el mismo sentido, el coordinador de la Mesa de Carnes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Martín Rapetti, opinó que no vale la pena cambiar un sistema que fue exitoso. «No tenemos ningún problema con los veterinarios particulares, pero en todos los entes contamos con veterinarios. Desde la entidad, inicialmente pedimos no innovar», puntualizó.
«Desregular este sistema es perjudicial porque nos arriesgamos a que vuelva la aftosa. Además se va a encarecer el costo de la vacuna», señaló.
Además, Rapetti ponderó la solidaridad que implica el actual esquema. «Se asiste al pequeño productor vacunando, incluso bajándole el precio y atendiendo campañas gratis contra la brucelosis y atención sanitaria contra la garrapata.»
«Algo que ya ocurría»
Por el lado del Senasa, una fuente respondió que con la nueva legislación «se le da la posibilidad al productor de elegir el vacunador, ya sea como lo hace hasta ahora, contratando el servicio del ente sanitario de su zona o por intermedio de un veterinario particular».
No obstante, la fuente agregó que en este último caso el profesional tiene que estar registrado en la fundación de la zona y debe adquirir allí las dosis necesarias para la vacunación. «No inventamos nada. Vamos a legislar sobre algo que ya ocurría», se defendió el informante.
Por su parte el ganadero Federico Palacio, de Rauch, también está en favor de la nueva resolución. «Yo confío en mi veterinario, que es un profesional que conoce en detalle mis vacas y no en el vacunador de la fundación, que sólo es un idóneo.»
Además está en juego mucha plata. «Las fundaciones nos cobran los costos operativos, la vacuna y el traslado. Para nosotros, que estamos alejados, nos implica unos costos terribles», concluyó.
En tanto, el presidente del Frente Agropecuario Nacional (FAN), Horacio Delguy, opinó que «en la medida en que se cumplan los objetivos, la nueva normativa es buena porque habrá mayor competencia en la compra de la vacuna y en su aplicación; el productor tendrá la posibilidad de elegir; es lo que propusimos en su momento».
El FAN siempre fue crítico del actual sistema de vacunación. «Con el actual sistema hay monopolio en la comercialización de la vacuna en un mercado cautivo y obligatorio; hay un sistema operativo que hace que la aplicación de la vacuna se haya transformado en un costo muy importante», señaló el dirigente.
Pese a reconocer que la operatoria ha sido efectiva Delguy insistió en que «eso no quiere decir que no existan formas efectivas también pero con costos significativamente menores».
Negativo
Riesgo sanitario
«El sistema de vacunación por intermedio de las fundaciones demostró ser eficiente y sirvió para erradicar la fiebre aftosa. Ahora se pone en riesgo la sanidad de nuestros rodeos», advirtió el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Luis Biolcati.
Mayor costo
«No vale la pena cambiar un sistema que fue exitoso. Pensamos que se va a encarecer el costo de la vacuna. Desde nuestra entidad hemos solicitado no innovar», opinó el coordinador de la Mesa de Carnes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Martín Rapetti.
Positivo
Confianza
«Yo confío en mi veterinario, que es un profesional que conoce en detalle mis vacas, y no en el vacunador de la fundación, que sólo es un idóneo», dijo Federico Palacio, ganadero de Rauch.
Competencia
«La nueva normativa es buena porque habrá mayor competencia en la compra de la vacuna y en su aplicación. Con el actual sistema hay monopolio en la comercialización de la vacuna, en un mercado que es cautivo y obligatorio «, sostuvo Horacio Delguy, presidente del Frente Agropecuario Nacional (FAN).
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 2 de julio.
Comments are closed.