Según los especialistas, la búsqueda de la eficiencia debe ser un objetivo central de los tambos, más allá del modelo productivo que desarrollen. «Vivimos un cambio dramático del modelo productivo de la lechería, como fue en su momento la siembra directa. Un tambo que hoy produzca menos de 8000 litros por hectárea de leche probablemente no le convenga producir leche. Hoy a un establecimiento con este nivel de productividad le quedan holgadamente más de 30 quintales de soja limpios en su margen bruto», señaló Alejandro Sammartino, director de la revista Infortambo.
En este punto, dos aspectos son clave. Por un lado, la eficiencia; por el otro, la flexibilidad. Respecto del primer punto, Sammartino comentó: «Todos los sistemas pueden funcionar hoy en la Argentina, y su éxito depende más del nivel de eficiencia. Por ejemplo, no tiene sentido instalar un sistema ciento por ciento estabulado y lograr producciones por debajo de los 30 litros. Este nivel de producción se puede lograr con modelos de encierre y pastoreos estratégicos. Lo que sí está claro es que los modelos que combinan y logran sustentar en el tiempo altas cargas animales y producciones individuales son los que mejor funcionan».
Ezequiel Cabona, presidente de DeLaval, firma que en Mercoláctea 2010 presentará un robot de ordeño totalmente automático, destacó: «Cualquiera que fuere el sistema que se defina, pastoril, a corral, estabulado, debería tener siempre cierta flexibilidad que le permita al productor sortear momentos de volatibilidad que, seguramente, tendremos en los próximos años», afirmó. Según Cabona, hoy hay una creciente demanda por la eficiencia en la alimentación, gerenciamiento y los registros físicos/económicos de la producción.
En opinión de Marcos Snyder, coordinador de la Comisión de Lechería de Aacrea, «los sistemas de producción evolucionan dentro del modelo pastoril hacia esquemas de mayor productividad básicamente ajustando la carga». Atilio Magnasco, productor, añadió: «Habrá algunos tambos estabulados y otros a corral, pero, en mi opinión, su cantidad no será significativa. Me imagino un sistema no muy diferente del actual, pero cada vez más eficiente en el uso de todos los recursos. Sí, creo, habrá mayor cantidad de recrías encerradas en corrales, a fin de liberar superficie para la vaca en ordeño y/o para agricultura».
«Ahorrar tierra»
Por otra parte, Alejandro Galetto, coordinador de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche, realizó el siguiente comentario. «En las zonas donde la tierra es más cara, seguramente los sistemas de producción tenderán a ahorrar tierra. Ello significa que por cada litro de leche se utilizará menos tierra o, lo que es lo mismo, que obtendremos más leche por unidad de superficie», dijo.
Según Galetto, lo importante, desde el punto de vista del tambero, es que no sólo tiene que prestar atención a su sistema productivo, sino adaptar su modelo organizativo para ejecutar adecuadamente las tecnologías que se introduzcan. «En este contexto, parece razonable esperar que aumente el uso de concentrados, con encierros al menos parciales, que se generen nuevas demandas de bienestar animal y de cumplimiento de obligaciones ambientales, entre otras cosas», concluyó.
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 8 de mayo.
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