¿Por qué ocurre esta diferencia?
El consultor Víctor Tonelli lo explicó así, en una reunión organizada por la consignataria Colombo y Magliano: “La exportación de cortes provenientes de novillos pesados sólo representa el 25-30% de la res. El resto se volcó históricamente al mercado interno a un valor menor al del consumo liviano. Esa carne, más la proveniente de vacas gordas, sumaba una masa suficiente para abastecer a los consumidores de menor poder adquisitivo. Actualmente casi no hay novillos pesados para exportación y la falta de esa carne se suple con mayor faena de vacas en los frigoríficos, lo que permite sostener sus precios”.
Para el futuro ganadero, independientemente de las oscilaciones de los últimos días, Tonelli espera precios parecidos a los actuales hasta 2014 por lo menos, porque el destete de este año y el de 2011 darán tres millones de terneros menos de lo histórico. Ese comportamiento también asegura el mantenimiento de una relación de compraventa desfavorable para el invernador. “La brecha de precios puede bajar del 50% a que llegó este año, pero es difícil que se ubique por debajo del 30-35% en 2011 y 2012”, adelantó.
El período de buenos precios para la hacienda gorda puede prolongarse si el próximo gobierno toma conciencia de la inutilidad del intervencionismo oficial en el mercado como mecanismo para contener los precios internos y abre las exportaciones a un mundo que demanda cada vez más carne vacuna: “Tenemos tecnología y superficie para aumentar rápidamente las producción si los ganaderos reciben señales que impulsen el desarrollo de la actividad”, concluyó Tonelli.
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 26 de diciembre.
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