Con una oferta definidamente moderada hasta el miércoles, de sólo 15.162 cabezas, la comercialización de las diferentes categorías y clasificaciones tuvo desarrollo fácil y rápido y deparó valores calificados satisfactorios, inclusive para las remisiones de campo, incompletas en preparación.
En diálogos de pasarelas se dijo el lunes a La Nacion que al no haberse operado jueves y viernes por los feriados de la liturgia cristiana, y con acotada disposición de los productores de vender en directo, sin el libre juego de la oferta y la demanda que es característico en Liniers, los frigoríficos consumeros y los abastecedores que faenan en diferentes plantas debían recomponer stocks y actuar, en consecuencia, con sostenida presión.
Sucedió así desde la rueda de apertura y la animación observada ese día en las subastas no se alteró posteriormente a pesar de haber aumentado los ingresos martes y miércoles, sumando 6162 y 7405 animales, respectivamente.
Si bien la tendencia positiva que indicaron las cotizaciones abarcó a la generalidad de los lotes exhibidos, fue particularmente visible para los novillos que, con 1769 cabezas negociadas, constituyeron un limitado 11,76% del total general.
Se beneficiaron así los novillos livianos y medianos, que se adaptan a las entregas para el ámbito minorista local, al igual que los muy buenos conjuntos pesados y muy pesados, que en tiempos de exportaciones fluidas -hoy seguramente añoradas por los principales actores del sector de la industria- suelen desviarse hacia Liniers con la seguridad de que siempre habrá interesados para la adquisición inmediata, sin sorpresas originadas en el, a veces, controvertido tema de los rendimientos, pues como siempre se dice, en Liniers el novillo vale lo que pesa e indica la balanza.
Las remisiones diarias incluyeron jaulas procedentes de establecimientos donde se hace engorde intensivo (feedlot), que con rindes prácticamente asegurados del 58 al 60% son disputados con sumo interés. Ocurrió así en la mañana del miércoles, cuando se obtuvo un máximo de $ 9,50 por un lote con 433 kilos; $ 9 con 490 y con 491 kg, a cargo de un frigorífico exportador, y $ 9,08 por un conjunto cruza índica de 455 kilos.
Los promedios corrientes oscilaron del siguiente modo: $ 8,40/9 por livianos con 431/460 kg; $ 8,30/8,90 con 461/490 kg; $ 8,10/8,70 con 491/520 kg, y $ 7,80/8,50 con más de 520 kilos. El Indice Liniers fue de $ 8,235 y mostró una ganancia del 7,26% respecto del anterior, de $ 7,678.
Para negociados por vía directa se tenían por válidos desde $ 14,80 hasta $ 15/15,40 por kilo de carne de novillos con certificado destinados a exportación, privilegiando en el precio a los que dieran medias reses de hasta 135/140 kilos. “No es que el novillo esté muy pedido, sentenció un operador de venta, simplemente la venta es más ágil y fluida”. En la colocación del novillito pesado o novillo definido destinado al consumo interno se tenían como válidos $ 15,50 y hasta 16 pesos.
Con algunas fluctuaciones en los precios que no comprometieron promedios juzgados retributivos, sin excepción, los ganados chicos que se destinan al consumo interno tuvieron venta corriente en general.
Con las habituales diferencias a favor de los conjuntos engordados a corral, se pagaron $ 9,20/10,30 por novillitos medianos, de 351/390 kg, y $ 8,90/9,60 por los de 391/430 kg, en tanto que las vaquillonas se cotizaron en $ 8,70/9,70 para las de 351/390 kg y en $ 8,30/8,90 las pesadas de 391/430 kg. Los animales de feedlot de hasta 350 kilos fueron negociados en $ 10/11,20 los especiales a buenos y en $ 8,60/9,60 los regulares.
Con demanda moderadamente sostenida de la industria, todos los tipos de vacas fueron adjudicados con ganancias de 30/40 centavos. Los niveles corrientes variaron de la siguiente forma: $ 5,60/6,50 por las de buena conformación y $ 4,70/5,50 por las regulares. La conserva buena, encarnada, se cotizó a $ 4,10/4,50, mientras que la inferior lo hizo a $ 3,40/4.
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 30 de abril.
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