Por Esteban D´Apice.
Transcurren las semanas y, ya a punto de concluir el segundo cuatrimestre del año, se acentúa la escasez estructural de hacienda terminada para faena que los corrales semivacíos del Mercado de Liniers refleja a diario cabalmente. Con una rueda de ventas menos por el feriado del lunes, las 12.069 cabezas encerradas el entre martes y el miércoles fueron así muy disputadas por los numerosos operadores dedicados a proveer el abastecimiento de los comercios minoristas de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires.
En diálogos de pasarelas se dijo que con dificultades a veces insalvables para cerrar negocios por la vía directa -hay productores que son irreductibles en su preferencia por el tradicional recinto formador de precios debido a la transparencia del libre juego de la oferta y la demanda-, varios compradores debieron consentirse precios no previstos, y mucho menos deseados, para honrar sus compromisos con los clientes habituales, entre otros, carnicerías (algunas propias) y pequeños supermercados.
Como en el segmento comercial último, la demanda se integró con los frigoríficos consumeros, los abastecedores que son usuarios de diferentes plantas y los supermercados. Todos configurando un tónica de firmeza que no mostró excepciones.
Negocios firmes
Los novillos representaron el 17,94 por ciento de los envíos, con 2160 animales, que pesaron en promedio 474,19 kilos.
El Indice Liniers, de $ 8,775, superó en 2,11 por ciento al anterior, de $ 8,594. Los promedios corrientes oscilaron de la siguiente forma: $ 8,80/9,50 por livianos de 431/460 kg; $ 8,70/9,30 con 461/490 kg; $ 8,60/9,10 con 491/520 kg, y $ 8,30/9 con más de 520 kilos.
A título informativo vale recordar que se alcanzaron topes de $ 9,61 con 442 kg; $ 9,60 con 444 kg; $ 9,35 con 471 kg, y de $ 9,20 con 482 y con 546 kg.
En los escritorios de Buenos Aires se cerraban negocios anteayer a razón de $ 16 por kilo de carne de novillo para exportación de hasta 520/530 kg, con certificado; en tanto que por jaulas que aseguraran medias reses de no más de 140 kilos podían obtenerse entre $ 16,20 y 16,30. El novillo tipo supermercado, de hasta 430 kilos en pie, se negociaba entre $ 16,30 y 16,60.
Haciendas livianas
En la adquisición de las haciendas chicas, la competencia pareció menor, comparativamente, con una moderada selectividad al proponer precios, pero sin comprometerse niveles favorables, según se detalla a continuación.
Los novillitos con 351/390 kg se canalizaron en $ 9/10 y los pesados de 391/430 kg en $ 8,90/9,70; en tanto que por vaquillonas pagaron $ 8,50/9,40 por las de 351/390 kg y $ 7,70/8,70 por las de 391/430 kg, por último, los mejores terneros se cotizaron en $ 9,70/10,50, mientras que los regulares oscilaron de $ 8,50 a 9,40.
Cabe apuntar que según el reciente informe de la Cámara Argentina de Feedlot, la ocupación de corrales cayó un 2% respecto del 1º de julio y, como se está reponiendo 0,90 animales por cada uno que se vende, podría registrarse una contracción de la oferta de lotes especiales entre octubre y noviembre próximos.
Esa tendencia negativa esta directamente vinculada con la recuperación del valor de la invernada, como se observó el miércoles en el remate de una tradicional consignataria de Coronel Brandsen, donde se colocaron machos de 130/160 kg en $ 13/13,60 y de 180/200 kg en $ 12,30/12,80.
Respecto de las vacas, un balance positivo arrojó la negociación de todas las clasificaciones, en razón de la presión ejercida por el sector de la industria y de usuarios de planta que faenan para cortes.
Con invariable agilidad en las subastas, las vacas especiales a buenas se cotizaron en $ 6,70/8,20 y en $ 5,60/6,60 las regulares. Se pagaron $ 8,70 por un conjunto de 438 kg; $ 8,50 con 472 kg; $ 8 con 496 kg; $ 7,78 con 518 kg; $ 7,72 con 534 kg; $ 7,37 con 635 kg, y $ 7,18 con 691 kilos. Por las vacas de conserva encarnadas para manufactura se pagaron $ 4,90/5,60, mientras que por las inferiores la oferta fue de $ 4,30/4,90.
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 27 de agosto.
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