Con 24.985 cabezas disponibles, incluidas las 7664 correspondientes a un tradicional remate efectuado anteayer, los numerosos operadores dedicados a proveer el abastecimiento del sector minorista de consumidores, actuaron desde la rueda de apertura con manifiesta comodidad y compitieron, no más que moderadamente, sólo al exponerse remisiones calificadas de reconocida procedencia.
En el caso de las categorías livianas, que con 15.923 animales constituyeron el 64,19 por ciento del total negociado, la mejor disposición compradora recayó sobre los conjuntos de engorde a corral, que merecieron los valores máximos de cada jornada. En orden de prelación siguieron los de campo racionados, que también resultan adecuados para distribuir entre las carnicerías porteñas, sean propias o de reparto.
Sistema sólido
Un representante del sector de engordadores que pidió reserva de identidad, expresó que si bien la ocupación actual de los corrales es de alrededor del 53 por ciento, el sistema está sólido y de ninguna manera la gran diferencia que hubo -y hay todavía, puede agregarse- entre el valor de venta para faena y el de reposición significará la suspensión de la actividad, al menos para los profesionales.
La fuente añadió que habrá que extender el ciclo hasta los 120 días o más para ganar kilos y hacer recría, pero el feedlot seguirá aportando a la producción de gordo de calidad.
Los precios corrientes oscilaron de la siguiente forma: 8,10/8,70 pesos por novillitos con 351/390 kilos y $ 7,90/8,50 con 391/430 kilos, en tanto que en vaquillonas la fluctuación fue de $ 7,45 a 8,25 por las de 351/390 kilos y de $ 7,10 a 7,40 por las de 391/430 kilo. En el rango de 300 a 350 kilos se pagó 8,70/9,20 pesos por los mejores conjuntos y 8/8,50 pesos por de los menor rendimiento.
Los promedios de referencia -conviene señalar- surgen de las planillas que confeccionan en el Mercado de Liniers los funcionarios de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), que por años fueron y son indicadores confiables de la tendencia de la plaza, habida cuenta de que se obtienen directamente de las subastas.
En retroceso
Con 2835 cabezas comercializadas, el novillo -la categoría más emblemática de la especie- representó el 11,43 por ciento del total vendido, con un peso medio de 479,47 kilos.
Respecto de los precios, retrocedieron visiblemente para todas las categorías, a punto tal que el Indice Liniers del miércoles, de 7,443 pesos, indicó una merma del 5,40 por ciento respecto del correspondiente al martes, de 7,868 pesos. En la semana anterior el indicador fue de $ 7,841. El precio promedio general fue de $ 7,732, frente a los $ 7,853 anteriores, con una quita del 1,54 por ciento.
Los niveles del miércoles fluctuaron de la siguiente forma: $ 7,90/8,35 por novillos con 431/460 kilos; $ 7,80/8,20 con 461/490 kg; $ 7,75/8 con 491/520 kg, y $ 7,70/8 con más de 520 kg.
Para ventas directas se convenían anteayer $ 15/15,30 por kilo de carne de novillos con certificado para exportación y $ 14,80 usualmente por los livianos destinados al consumo interno, para supermercados y otros puntos minoristas.
Todos los tipos de vacas, con 5350 cabezas equivalentes al 21,57 por ciento del total general, se negociaron durante la semana con notorias desventajas a partir de una franca retracción de los operadores de compra.
Las de mejor conformación, medianas y pesadas, que suelen destinarse a cortes, se vendieron el miércoles en 6/6,50 pesos, en tanto que las regulares merecieron 5,10/5,90 pesos.
Para las vacas de conserva encarnadas se asignaron, $ 4,80/5,10, mientras que para las inferiores la demanda pagó 4,40/4,80 pesos por kilo.
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 18 de diciembre.
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