Una vez más, como en cada invierno durante 125 años, la Capital Federal vió llegar esta semana a los mejores ejemplares de las principales razas ganaderas de la Argentina, para participar en la mayor exposición ganadera del sector. Esta vez, con el pecho más hinchado que en las últimas ediciones, los productores decidieron decir presente con un mayor número de animales, dispuestos a mostrar su mejor genética. Lo que se ve en el predio de La Rural es una fotografía bien actual de la ganadería argentina.
Como es habitual, fue Angus, la principal raza del país, la que trajo a Palermo el mayor número de animales tiñendo de negro la mitad del pabellón amarillo. Nada menos que 520 animales, de 120 cabañas, son los que participan este año de la muestra, veinte ejemplares más que en la edición anterior.
La raza tiene un peso muy fuerte y una gran atomización de cabañas, lo que favorece a los productores que vienen a comprar, ya que siempre encuentran lo que buscan. Los criadores saben que hay buena demanda de pedigree Angus, y los precios son buenos. Palermo es una buena oportunidad, resumió Juan Pablo Hornos gerente de la Asociación de Criadores de Angus.
El que elije esta raza, según Hornos, sabe que tiene productividad -por la buena conversión de carne-, rusticidad -se adapta bien a muchos ambientes- y precocidad -crece y se desarrolla sexualmente muy rápido-.
La genética es una de las vedettes de Palermo, y todas las razas sacan a relucir sus fuertes apuestas a esta disciplina de la ciencia. Nuestra asociación avanza en su programa de evaluación de reproductores. Dos veces por año se publica un registro de reproductores con toda su información genética, y de esta manera el comprador puede seleccionar lo que busca: bajo peso al nacer y mayor peso final, asegura Hornos. Angus tiene un convenio con el INTA para tomar imágenes y mediciones y llevar el control de las diferencias esperadas de progenies (DEPs), y está a la vanguardia en la capacitación y el estudio en marcadores moleculares, un concepto en boga en todo el mundo.
Las razas que pisan fuerte en el norte del país también se hacen ver con un amplio plantel en Palermo. Braford, por ejemplo, cuenta este año con 120 animales contra los 103 que participaron en la edición de 2010. Hay 35 cabañas de la raza, provenientes de ocho provincias diferentes.
Agustín Arroyo, director ejecutivo de la Asociación de Braford, destacó que la raza muestra un nivel genético sobresaliente como resultado de los intensos programas de selección conducidos por las cabañas y orientados por la asociación, y gracias a su programa de evaluación genética, el PegBraf. Los principales beneficios que ofrece Braford son su excelente adaptabilidad a las condiciones productivas del centro y norte del país. Por eso hay un aumento en la cantidad de cabañas -ya son más de 300-, no sólo en las provincias del NEA, que son la cuna de desarrollo de la raza, sino también en el NOA y las regiones semiáridas de los llanos y Cuyo, destacó Arroyo. Y agregó que la alta demanda por esa raza se reflejó en los buenos precios de venta de los reproductores machos y hembras observados en los remates de cabaña del primer semestre.
Con respecto al futuro, Arroyo se mostró optimista y destacó que los ganaderos estimulan sus inversiones especialmente en tecnología, en manejo, sanidad, alimentación y, sobre todo, en genética, que es uno de los pilares que potencian la productividad.
Por su parte, Brangus, la otra raza que domina el Norte, trajo a Palermo 140 reproductores de 37 cabañas. El gerente de la Asociación Brangus, Facundo Rivolta, también destacó los precios obtenidos hasta el momento en los remates. Se vendieron machos a 21.500 dólares y hembras a 11.500. La genética del Brangus argentino lidera la genética mundial en esta raza, y se exporta principalmente a Paraguay, Brasil, Uruguay, Colombia y Bolivia, detalló.
Durante la exposición de Palermo, la asociación presentará su 16º Sumario de Padres, con más de 200.000 reproductores evaluados de 120 cabañas de Argentina, Colombia, Uruguay, Paraguay y Bolivia. El Brangus es una raza sintética que combina en su justa medida precocidad, fertilidad y calidad carnicera con rusticidad, buenas producciones especialmente en zonas marginales con climas tropicales y subtropicales a donde se ha desplazado gran parte de la ganadería en las últimas décadas, debido al avance de la agriculturización en los campos con climas más templados, destacó Rivolta.
Otra raza que hace pesar su tradición en Palermo es Hereford, que está presente con 166 animales de 44 cabañas, un 60% más que el año pasado, cuando se vio muy afectada por la sequía.
Juan Bullo, director ejecutivo de Hereford, explicó que el tema más importante que impulsa la raza en la Argentina, junto a los principales países ganaderos del mundo, es la incorporación del estudio del genoma de los animales a partir de la utilización de marcadores genéticos, para aumentar la precisión de las investigaciones. El mundo, con el estudio del genoma, va a acortar camino en la selección genética de los grandes reproductores, remarcó.
En cuanto al sentido de las exposiciones, explicó que se busca maximizar la belleza de los animales: es como un desfile de modelos. Además, aseguró que hoy las grandes exposiciones están en consonancia con la demanda de los productores. Desde el año pasado, las juras de Hereford se hacen con los DEPs en la mano. Toda la información disponible sobre los animales se les da al público y al jurado, y la precisión está en juego. Las características de crecimiento, el área de ojo de bife, el tamaño de los testículos y la facilidad de parto se toman en cuenta y se evalúa con esa información de acuerdo al criterio y las necesidades de cada uno, explicó Bullo.
Acerca del contexto general de la ganadería, aseguró que hay una gran demanda y buenos precios, pero que no hay que perder de vista que la actividad se está recomponiendo tras un momento de políticas que la perjudicaron gravemente. Hoy hay cierta retención de hembras, buena demanda de toros y precios favorables para los terneros. Es hora de empezar a pensar en abrir los mercados, diferenciar cortes populares y cortes de exportación y trabajar en la certificación de país, en la certificación de marca, en el packaging. Hay que trabajar por generar una cadena de la carne en serio, una verdadera cadena industrial, concluyó Bullo.
Fuente: Clarín, Suplemento Rural, 16 de julio.
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