La garrapata común del bovino es uno de los parásitos externos que mayores pérdidas económicas ocasiona en la producción ganadera de muchos países tropicales y sub-tropicales del mundo. En la Argentina existen estimaciones de pérdidas millonarias que afectan a los productores presentes en la zona de incidencia de la garrapata.
La garrapata se comporta como un parásito del bovino, es decir, compite por los nutrientes que el mamífero ingiere diariamente, a través de la extracción de sangre que cada garrapata consume del animal para completar su desarrollo larvario, transformarse en adulto y posteriormente reproducirse para perpetuar la especie. Cada teleogina (garrapata hembra pronto a oviponer) tiene un consumo aproximado de 1 ml de sangre/día pudiendo ocasionar una pérdida de peso de 260 gramos/garrapata/año en el bovino.
Estos datos permiten inferir las pérdidas productivas en aquellos animales que deben soportar una carga parasitaria media a grave. Además, la succión que genera la garrapata provoca inflamaciones microscópicas que molestan al animal, impiden su descanso, su alimentación, por ende se debilita y se hace más susceptible a padecer otras enfermedades. Por otro lado, debido al hábito hematófago, este parásito se comporta como vector transmisor de enfermedades como la Babesiosis y Anaplasmosis (Tristeza bovina). Incluso, las pequeñas heridas generadas por el desprendimiento de una teleogina predisponen a la aparición de bichera (miasis).
En Argentina debido al desplazamiento del stock bovino hacia el norte del país, sumado al calentamiento global (que genera nuevas áreas con aptitud para el desarrollo de la garrapata), se hace necesario establecer medidas eficaces para su control, de manera de hacer mínimas las pérdidas productivas mejorando la conversión de alimentos (básicamente pasturas) en más carne.
Ciclo de vida de la garrapata
El ciclo biológico de la garrapata común del bovino, presenta una fase de vida parasitaria en la que se desarrolla sobre el animal, y otra etapa de vida libre en el suelo.
La fase de vida libre transcurre desde que la teleogina madura se desprende del animal para llevar a cabo la oviposición en el suelo, incluyendo la eclosión de los huevos, y desarrollo temprano de las larvas hasta colonización de su hospedador. El transcurso de esta etapa ocurre bajo la influencia de las condiciones climáticas lo que determina que tenga una duración variable (entre 45 y 185 días) dependiendo de la temperatura y humedad y de la densidad de población de huéspedes viables (bovinos). Una teleogina deposita alrededor de 2500 a 3000 huevos en el suelo.
La fase de vida parasitaria comienza cuando la larva de vida libre detecta al huésped y trepa a él con éxito. Se trata de una etapa poco variable, de una duración de aproximadamente 21 días, no depende mayormente de los factores ambientales. Las larvas ascienden generalmente por el hocico cuando el animal esta pastoreando, o por las patas. Una vez en el hospedador, caminan rápidamente buscando los lugares más apropiados: cuando la cantidad de larvas no es muy grande prefieren zonas de piel laxa y con rica vascularización como entrepiernas, zona perineal, papada, cuello, borde anterior de las orejas, axilas, etc.
En parasitaciones más intensas puede generalizarse la presencia de garrapatas en todo el cuerpo. En el animal se desarrollan los estadios de larva, ninfa y adultos. La hembra que comienza a alimentarse y a crecer, copula y ya fecundada e ingurgitada, se desprende convirtiéndose en teleogina encargada del desove.
Cómo controlar y combatir la garrapata
Existen diferentes alternativas para el control de esta parasitosis. El control químico (que incluye a los baños de inmersión, productos inyectables y pour on); control biológico a través de vacunas que existen en algunos países (Australia, Cuba), pero no se encuentran actualmente en la Argentina; o bien las razas cebuinas que poseen naturalmente una mayor resistencia a las garrapatas que las razas continentales y británicas, lo que las convierte en una herramienta genética importante para el cruzamiento y el control mecánico que se refiere a medidas de manejo de potreros, roturando o evitando su uso por un tiempo considerable más allá de la viabilidad de la garrapata en su estado de vida libre, pero muchas veces son de difícil aplicación práctica.
Laboratorio Proagro cuenta en el mercado con Promectina plus 3,15, conocido como “Tumbagarrapatas”, una formulación de ivermectina al 3,15% aprobada como garrapaticida por SENASA. Tras su administración, mantiene un nivel plasmático prolongado debido a su lenta liberación desde el sitio de inyección.
Estas características le dan un prolongado poder residual para el control de garrapatas. Esta formulación permite menor movimiento y encierre de los animales y se ajusta perfectamente en combinaciones con los tratamientos de inmersión. Además, es necesario tener en cuenta la gran eficacia de este producto contra parásitos gastrointestinales, sarna y ura, quedando los animales protegidos de estas parasitosis mejorando su desempeño productivo.
El control adecuado de esta parasitosis mediante asesoramiento y el buen uso de los garrapaticidas contribuyen al objetivo de mayor producción de carne bovina y a la sustentabilidad de los sistemas productivos.
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