A pesar de las prohibiciones vigentes para exportar carnes y lácteos, el MINAGRI lleva misiones comerciales que prometen incrementar los envíos a mercados importantes, como el ruso.
Bajo el título de Argentina potencia la relación agroalimentaria con Rusia, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que lidera Carlos Casamiquela, comunicó oficialmente que en el marco del fortalecimiento de las relaciones estratégicas entre Argentina y Rusia, el Gobierno nacional trabaja en la apertura de las exportaciones agropecuarias como aves, cortes de carne de alta calidad, vinos, lácteos, peras y manzanas, entre otros productos agroalimentarios. Lo hace casi irracionalmente, luego del viaje a Moscú de ministros y secretarios de Estado, como desconociendo la vigencia de la prohibición de exportar lácteos y carnes, hasta que no bajen los precios en el mercado interno.
Roza el ridículo el anuncio de la cartera de Casamiquela, al decir que esta situación plantea importantes oportunidades comerciales para el sector agroalimentario nacional, por lo cual se están llevando a cabo reuniones con representantes de las cámaras afines, para conocer la situación de los distintos sectores y su capacidad exportadora con el objetivo de evaluar las posibilidades de incrementar nuestras exportaciones a ese destino.
Vale destacar que este comunicado oficial es posterior al conocimiento de las medidas del Gobierno de suspender por 15 días las exportaciones de carne y de prohibir los negocios de leche en polvo que estén por debajo de los US$ 4.000 por tonelada, pero igualmente no se hace mención a ninguna de estas disposiciones del Ministerio de Economía. Es que en verdad, son acciones que (como es costumbre en este Gobierno) la Secretaría de Comercio Interior no publica en forma oficial, sino que las ejecuta en el terreno de la informalidad y las amenazas tácitas hacia el sector empresarial, lo que puede ser constatado por el periodismo no sólo mediante fuentes privilegiadas off the record, sino cotejando datos de exportación y viendo el claro declive de los volúmenes enviados en los últimos meses.
Fuente: Nuestro Agro, 25 de agosto.
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