La práctica más común es la de recurrir al uso de alimentos alternativos o “no tradicionales” de los cuales es importante conocer bien sus cualidades, ventajas y limitaciones para obtener las respuestas más eficientes y rentables.
Frente al panorama de escasez de pasturas pre-existentes, la posibilidad de no poder implantar adecuadamente las nuevas y el daño por sequía que muestran muchos cultivos destinados a forrajes conservados, es imprescindible planificar de manera urgente las estrategias a seguir en los próximos meses de la temporada otoño-invierno. Aquí, las recomendaciones para una parte de esta estrategia:
Recursos alternativos para la suplementación con concentrados.
Afrechillo de trigo.
Puede reemplazar una parte (no más del 50%) de los granos clásicos (maíz, sorgo). Tiene menor digestibilidad, ya que la energía que suministra proviene de la fibra que contiene. Su valor como fibra efectiva es poco relevante, ya que generalmente se comercializa en forma pelletizada.
¿cómo lo usamos?
* En vacas de alta producción (+ 24 lt/d) no exceder del 25 % de la materia seca total ofrecida. Por ejemplo si el consumo se estima en 20 kg de MS, no suministrar más de 5 kg MS/vaca/día.
* En vacas de menor producción y secas pre-parto, no superar el 20% de la MS suministrada.
* Semilla de algodón.
Es un subproducto muy rico en energía y proteínas. La energía deriva básicamente de los aceites que contiene. Es un recurso interesante como fuente de fibra efectiva.
¿cómo lo usamos?
* Por las características del alimento, se recomienda no superar los 3 kg por animal por día.
* Por su contenido en gosipol, no es apto para suministrar a terneros de menos de 100-120 kg de peso vivo.
* Es riesgoso almacenarla con más del 12% de humedad, porque puede sufrir calentamiento.
* Residuos de la clasificación de granos.
Como residuo de la clasificación de soja, la sojilla o los porotos que no son aptos para su comercialización, son alimentos de muy buena calidad.
Los de trigo, arroz, maíz, sorgo poseen una calidad algo inferior (10-15% aproximadamente) de su equivalente normal.
¿cómo los usamos?
La sojilla y los porotos no comercializables son muy recomendables como concentrados energético-proteico (como la semilla de algodón), siempre que no contengan muchas impurezas y/o malezas. Se pueden utilizar “tal cual”, entre 15-20% de la materia seca total dependiendo de los requerimientos. Es apto para casi todas las categorías, excepto terneros de menos de 120-150 kg de peso vivo, a los que se debe suministrar previamente “desactivada”, al igual que el poroto.
Expeller o harinas de soja, girasol, maní, lino, colza, cártamo.
Son los subproductos de la extracción de aceites. Esencialmente son fuentes de proteínas. Poseen buena cantidad de fibra que puede ser muy digestible en los casos de soja y maní y de baja calidad en cártamo y girasol. Se comercializa en general pelleteado y por lo tanto es escaso su valor como fibra efectiva.
¿cómo los usamos?
* Se deben utilizar para corregir los déficit de proteína de las dietas. Independientemente del nivel de producción, en dietas balanceadas las cantidades máximas no debieran superar los 3,5 kg por animal por día.
* Para terneros de menos de 100-120 kg y vacas de alta producción (+ 25 lts/d) se prefiere el expeller de soja.
* Gluten feed y gluten meal de maíz, burlanda de sorgo; hez de malta. Son alimentos que pueden ser utilizados como fuente de energía y de proteínas de relativamente alta calidad.
La energía proviene principalmente de la fibra y restos de almidón que poseen. Como los granos han sido sometidos a una fermentación previa en el proceso industrial, la digestibilidad de estos ingredientes es muy elevada. El gluten y la burlanda de sorgo, son además muy buenas fuentes de proteína “by pass”. No habría que abusar de la burlanda de sorgo por su alto contenido graso, sobre todo si se lo combina con otros alimentos de elevado tenor graso como las semillas de algodón, sojillas, soja, etc. Como fuentes de fibra efectiva todos estos alimentos tiene un valor intermedio.
¿cómo los usamos?
Se pueden incorporar en las raciones de todas las categorías del ganado, entre un 15-25% de la MS total, en función de los requerimientos a cubrir.
En el caso de la hez de malta, se recomienda un suministro de entre los 10 y 20 kg/animal/día, cuidando el nivel de proteína de la dieta total y el nivel de humedad, que no debería superar el 55%.
Recursos alternativos para la falta de “FIBRA”.
Indudablemente la fibra es el elemento clave en estas coyunturas. Como fuente alternativa de fibra se pueden utilizar algunos subproductos derivados de la agroindustria como también los clásicos residuos de cosecha. Sin embargo debemos recordar que la fibra es un nutriente básico en las raciones de las vacas lecheras cumpliendo con dos funciones clave:
a) como elemento voluminoso, también llamada “fibra efectiva”, que actúa generando condiciones ruminales adecuadas, a través de la estimulación a la masticación e insalivación (la saliva es el principal amortiguador de la ácidez del rumen)
b) como fuente de energía, ya que en el rumen las bacterias la pueden fermentar a productos que luego el animal utilizará como nutrientes para mantenerse y producir.
No todos los recursos ricos en fibra cumplen simultáneamente ambos roles y en algunos, una de estas funciones prevalece más que la otra.
A continuación detallamos las características más sobresalientes de algunas alternativas que pueden estar disponibles en el mercado, con las recomendaciones para su uso en ganado lechero.
1- Los Voluminosos
Residuos de cosechas (rastrojos de cereales y oleaginosas)
Los rastrojos son los clásicos alimentos de tipo voluminoso, fuente esencial de fibra. En general poseen escaso valor energético y proteico por sus elevados contenidos de fibra muy lignificada, sobre todo en los tallos, que le confiere una muy baja digestibilidad, inferior al 45% de la materia seca (MS).
¿cómo los usamos?
Cuando se pretende que integren una parte importante de la dieta, son ingredientes que deberían estar muy controlados, para evitar desequilibrios nutricionales.
– Los rastrojos de cosechas de cultivos de maíz y sorgos pueden representar una buena fuente de fibra efectiva para prevenir la acidosis ruminal en raciones con alto nivel de grano, siempre y cuando el tamaño de la fibra sea el adecuado. Si se muelen o pican muy fino pierden completamente esa función. Para acompañar dietas ricas en concentrados se recomienda incorporarlos trozados, entre un 5 a 10 % de la materia seca total, dependiendo de los requerimientos nutricionales del ganado. Suministros mayores pueden perjudicar la calidad total de la ración, diluyendo el contenido en nutrientes o entorpeciendo la digestión de los otros ingredientes.
– Un caso especial es el rastrojo de soja, porque la fibra del tallo está demasiado lignificada (tallo “leñoso”) lo que hace prácticamente imposible que las bacterias ruminales la puedan utilizar. Además, suministrada en forma de rollos (fibra entera) es poco palatable, limitando seriamente el consumo voluntario del animal. La molienda tampoco mejora la utilización, simplemente acelera el tránsito por el tracto digestivo, ya que indefectiblemente la mayor proporción aparecerá en la bosta.
* El rastrojo de girasol también es de extrema baja calidad para ser utilizado por el ganado.
* Un recurso especial: ¿Qué hacer con la soja que no prevé cosechar por baja expectativa de rinde?
Puede haber tres opciones de uso con las vacas:
1) Pastoreo: Es la opción menos recomendable ya que puede acarrear problemas por la falta de control en la cantidad de poroto que el animal puede ingerir, desbalance de dietas y baja utilización del cultivo derivado de la preferencia que ejercen los animales hacia ciertas partes de la planta (chauchas y hojas) en detrimento de otras (tallos).
2) Heno: El material se debería cortar en estado fenológico entre inicio de floración e inicio de formación de la chaucha, por lo tanto, hay que privilegiar en el cultivo las hojas y que los tallos no se lignifiquen demasiado.
3) Silaje: Se puede picar en estado más avanzado (sin oreo previo) cuando el poroto ya está formado y en estado pastoso. En este estado, tiene buen valor energético por el contenido en aceite de los porotos y todavía conserva un buen valor proteico.
2- Los Energéticos
Cascarillas y cáscaras: residuos de clasificación y limpieza de granos.
Son recursos de muy variada calidad. Las cascarillas o cutículas que recubren el poroto de soja y maní son alimentos energéticos de alta digestibilidad. Las cáscaras (chauchas-vainas-glumas) son en general de muy pobre valor nutricional.
¿cómo las usamos?
* Las cascarillas o cutículas de soja y maní se pueden incorporar en la dieta tal como vienen, a razón del 20-30% de la MS total, reemplazando una parte de los ingredientes energéticos de la ración.
* Las cáscaras pueden utilizarse como fuente de fibra efectiva, en cantidades controladas (no más del 10% de la ración total) para no desmejorar el valor nutricional de la dieta total. El afrecho de trigo puede tener buen valor como fibra efectiva, siempre que no esté molido. Las cáscaras de arroz son de muy baja.
Recuerde:
Todos estos recursos deben ser analizados cuidadosamente antes de su compra o su uso (calidad de las partidas, humedad, presencia de micotoxinas).
Consulte a su asesor para diseñar una dieta con los máximos beneficios económicos y productivos.
INTA Rafaela.
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