Moderado interés por las haciendas livianas.
Por Esteban D´Apice.
La escasez de hacienda terminada para faena, que es una constante de la actualidad ganadera, volvió a ratificarse en la operatoria desarrollada esta semana en el Mercado de Liniers. Sin remates especiales, como ocurrió el jueves 1º, se encerraron hasta el miércoles en el tradicional recinto sólo 16.840 vacunos, stock similar al de igual lapso anterior, cuando se exhibieron 16.904 cabezas.
Y no hubo variantes sustanciales en la actitud de los numerosos compradores que recorren los diferentes remates para «hacerse» desde los calificados lotes de feedlot de reconocidos remitentes hasta los novillos del sistema pastoril, racionados, que por su satisfactorio rendimiento pueden destinarse al segmento minorista local, pero también a determinados contratos con mercados del exterior.
De todos modos, resultó notorio que todas las clasificaciones de vacas centralizaron la mayor competencia y firmeza de la plaza, por el interés que despertaron entre los representantes de la industria y los titulares de matrícula que faenan en plantas de la provincia de Buenos Aires.
Tal como se fue detallando a diario en La Nacion, los animales de buena conformación medianos y pesados se comercializaron en valores muy remunerativos, que oscilaron de $ 7 a 8, con registros de excepción como $ 8,70 con 434 kilos; $ 8,28 con 441 kg; $ 8,20 con 480 kg; $ 8 con 507 y con 514 kg; $ 7,90 con 583 kg, y $ 7,75 con 671 kg.
Por lotes regulares, de muy fácil colocación, los niveles corrientes oscilaron de 5,80 a 7 pesos. En el tipo conserva se obtuvieron $ 5,30/5,70 por la buena encarnada y $ 4,70/5,30 por la inferior.
En novillos, bien que sin homologarse los máximos de junio último, cuando se cotizaron hasta $ 10,20 en un lote de 440 kilos y hasta $ 10 por otro de 449 kg -éste adjudicado a un supermercado-, la categoría de referencia de la ganadería argentina tuvo colocación rápida en promedios juzgados satisfactorios, de manera acentuada cuando se trató de jaulas con animales suplementados, que permiten un pronóstico de «rinde» no menor del 57,50/58 por ciento.
Se adjudicaron 2478 cabezas, equivalentes al 14,77 por ciento del total general, con un peso promedio 486,07 kilos. El Indice Liniers fue de $ 8,506, inferior en 2,46 por ciento al anterior, de 8,721 pesos.
Los precios usuales fueron los siguientes: $ 8,80/9,40 por livianos de 431/460 kg; $ 8,70/9,20 con 461/490 kg; $ 8,60/9,10 con 491/520 kg, y $ 8,40/8,90 con más de 520 kilos.
Cabe apuntar que tras alcanzar en julio una interesante participación en la oferta del 18,15%, a partir de una muy moderada de marzo del 13,87%, el ingreso de agosto mostró tendencia negativa al pasar al 15,82 por ciento, con un precio promedio general de $ 8,585, frente a los $ 8,233 del mes precedente.
Para transacciones por vía directa estaban bien pedidos los novillos de 400 a 520 kilos a razón de $ 16,50 por kilo de carne. Estos lotes podían colocarse entre frigoríficos exportadores e incluso a algún supermercado.
Demanda selectiva
Con 10.080 animales, equivalentes al 60,08 por ciento del total comercializado de 16.779 cabezas, los ganados del tipo consumo liviano debieron negociarse con demanda muy selectiva y exigente respecto de la calidad y del tipo de preparación. Nuevamente la demanda rechazó las hembras que evidenciaron engrasamiento.
En novillitos se pagaron $ 9,90 por los de 351/390 kg y $ 8,90/9,70 con 391/430 kg, en tanto que en vaquillonas, la variación fue $ 8,50 a $ 9,30 por medianas de 351/390 kg y $ 7,90/8,80 por las de 391/430 kg. Los mejores terneros se cotizaron en $ 9,70/10,50 y los regulares, en $ 8,50/9,50.
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 10 de septiembre.
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