Su inicio coincidió con una etapa complicada para la producción porcina nacional. Y fue en ese momento cuando los productores vislumbraron la necesidad de trabajar juntos para aumentar la eficiencia, y ser competitivos y sustentables a nivel mundial.
En poco tiempo, el grupo pasó de tener una genética sin definición, producción y costos no sustentables, conceptos generales diversos e ideas diferentes a estar hoy con estandarización de parámetros productivos y económicos, programas genéticos, conceptos de manejo definidos, aplicación de bioseguridad, mejora en las condiciones laborales, mejora en la calidad del producto, manejo de costos reales, análisis del retorno del capital invertido y sobre todo un estímulo para superar año tras año, las metas propias y del grupo.
El Gitep, consensuado con otras entidades del sector privado, desempeña un rol técnico en actividades relacionadas con sanidad porcina nacional. Su participación fue relevante en temas relacionados con la erradicación de la peste porcina clásica, pues aportó recursos económicos y técnicos que impulsaron a obtener el estatus de país libre en 2005.
Ahora tenemos por objetivo incorporar mayor cantidad de granjas para seguir cumpliendo con el valioso intercambio de experiencias. Estamos ante un modelo de organización que trasciende devenires económicos del sector para fortalecerse con actividades que hagan más eficientes y sustentables los sistemas de producción.
Por Patricia Millares, Asesora.
Fuente: La Nación, Suplemento Campo, 17 de julio.
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