Los campos de cría de la Cuenca del Salado venían gambeteando la seca en invierno, pero las lluvias faltaron a la cita en las últimas semanas. Por eso, hoy están muy justos de pasto y con las vacas en una condición corporal desmejorada. «Muchos lotes están pelados o con un poco de verde de raigrás, que en los próximos días encaña y pierde gran parte de su valor forrajero», observa un productor de Ayacucho. El empresario ve que a sus vacas con ternero al pie de faltan 60 kilos, en un momento fisiológico en el que no pueden seguir perdiendo estado. Todo está muy claro: La Niña determinó que las empresas estén transitando diciembre sin haber capturado la explosión de forraje primaveral. Eso genera muchas dudas sobre la nutrición del rodeo durante el verano, cuya condición corporal no será fácil de levantar con la crianza del ternero.
Ante esa realidad complicada, algunos asesores ya están recomendando implementar un destete precoz a partir de los primeros días del año que viene, con 100-110 kilos, si el tiempo sigue seco. La limitante de esta práctica es el costo del maíz, que complica la suplementación de los terneros. Esta realidad, más la recría con praderas muy sobrepastoreadas y grano encarecido, serán los componentes del enorme desafío que deberán encarar los nutricionistas en 2021 si el clima persiste con su comportamiento negativo.
La falta de precipitaciones ya se llevó puesta gran parte de la siembra de soja de segunda y amenaza con hacer lo propio con el engorde del año que viene. Un problema que no se resolverá fácil ni rápido y que exigirá que los ganaderos vayan planificando, desde ahora, disponer de los recursos para atenderlo.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/sin-titulo-nid2544443
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